Después de reflexionar profundamente, de conocerte bien y entender a tu público, has llegado al punto clave: saber qué problema resuelves y cómo lo haces con tu método. Ahora, ¡es momento de pasar a la acción! Es hora de vender como un/a cabrón/a.
(Cuando hablamos de «vender como un cabrón o una cabrona», lo hacemos de manera coloquial, dándole un giro positivo a la palabra. En este contexto, el adjetivo se ha transformado en una expresión que resalta la habilidad y el éxito en lo que se hace. Decir «¡qué cabrón!» se ha convertido en una forma de admiración, como cuando alguien tiene mucha suerte o es muy bueno en su campo. Es una manera desenfadada de destacar la maestría y eficacia en vender con fuerza y determinación.)
Ya has hecho el trabajo de base, has pensado, planeado y te has preparado. Ahora toca salir ahí fuera y dejar tu estampa. Y no hablamos solo de ser bueno en lo que haces, sino también de parecerlo. Porque lo que se ve y se percibe es lo que cuenta. Actuar y parecer son clave.
Vender tu producto: ¿Susurrar, hablar o gritar?
Muchas personas dicen que no les gusta «venderse» o que prefieren que su trabajo hable por sí mismo. Pero hay un gran problema con esta idea: el trabajo muchas veces no tiene voz. Y si acaso la tiene, a menudo solo susurra. En este mundo competitivo, a veces hay que saber cuándo susurrar, cuándo hablar y cuándo gritar para que te escuchen.
Si quieres construir una marca fuerte, tienes que encontrar el equilibrio entre estas tres voces. Y dependiendo del momento y del medio, deberás resaltar una u otra.
Trabaja sobre tus fortalezas, no tus debilidades
Como siempre digo, si tienes pasión por lo que haces y has pensado bien tu plan, solo hay un futuro posible: el éxito. Sabemos que el mundo está lleno de incertidumbre: inflación, poder adquisitivo en declive, hipotecas variables… Todo eso puede hacer que las personas pospongan sus inversiones o se ajusten el bolsillo. Pero incluso en medio de todo eso, si sabes cómo comunicar tu valor, siempre tendrás una oportunidad.
La primera impresión cuenta (y mucho)
Es clave recordar que no hay una segunda oportunidad para una primera impresión. La primera vez que te presentas ante un cliente o público es crucial. Piensa en algo tan simple como la primera vez que visitas la casa de tus suegros. Sabes que eres una buena persona, pero también sabes que tienes que parecerlo para ganarte su confianza. Lo mismo ocurre en el mundo de las ventas y la marca personal.
Pasos para construir tu presencia y vender con fuerza
Una vez que tienes claro tu método y has hecho tu trabajo interno, es hora de enfocarte en estar presente de manera estratégica ante tu público objetivo. Aquí te dejo los pasos clave:
- Desarrolla tu mensaje
Tu mensaje tiene que ser claro y reflejar quién eres, tus valores y cómo resuelves el problema de tu cliente. Recuerda los tres pasos estratégicos: pensar, planear y actuar. Tu mensaje debe reflejar todo ese proceso de manera concisa y efectiva.
- Construye tu presencia online
Es importante estar en las redes sociales adecuadas para tu nicho. Crea un perfil que comunique tu personalidad y lo que puedes ofrecer. Asegúrate de que tu presencia en línea refleje tu mensaje y tus valores.
- Crea contenido de valor
Una vez que tienes tu mensaje y tu presencia online establecida, necesitas crear contenido de valor de manera constante. Este contenido debe ayudar a tu audiencia, responder a sus necesidades y demostrar tu experiencia. Asegúrate de que sea informativo, relevante y atractivo. Esto hará que los curiosos se conviertan en clientes y, a su vez, en fans leales.
4. La clave del éxito no es solo crear contenido, sino también interactuar con tu público.
Escúchalos, responde a sus preguntas y demuestra que estás ahí para ayudarlos. Esta interacción te permitirá conocer mejor sus problemas y, en base a eso, podrás afinar tu oferta o método.
- Haz networking
Por último, es importante establecer una red de contactos sólidos. Colabora con otros profesionales, asiste a eventos y participa en grupos. Cuantas más personas te vean, más crecerá tu alcance. Estas sinergias te ayudarán a expandir tu marca y llegar a nuevos clientes.
La diferenciación es clave
Uno de los errores más comunes es tratar de ser todo para todos. Eso te diluye. En lugar de eso, debes aprender de los demás, pero darle tu propio estilo y autenticidad. La diferenciación es la clave del éxito en un mundo saturado de ofertas similares. Trabaja en lo que te hace único y deja que eso brille.
Marca personal: Más allá del ego
Mi consejo es que no entres en el mundo de la marca personal por ego. No te compares con otros. La comparación constante solo te llevará a la frustración. En lugar de eso, sé tú mismo/a. Tu conocimiento, habilidades y experiencia son lo que te hace único/a. Si eres auténtico/a, ese será tu mayor diferenciador. Y recuerda: tu valor y tu contenido nunca caerán en saco roto.
La verdadera meta de tu marca personal
Tu objetivo principal no debería ser vender productos, sino ayudar a la mayor cantidad de personas posible. Si te centras en eso, el éxito vendrá solo. Las personas acudirán a ti cuando realmente necesiten lo que ofreces.
No pongas tu producto en el centro de todo; pon a las personas y sus necesidades. Tu producto es simplemente la llave que abrirá esa cerradura que tu cliente necesita desbloquear.
Impacta en los canales adecuados
Cada canal de comunicación tiene su propio lenguaje. Es esencial que adaptes tu mensaje a cada uno. Por ejemplo, puedes utilizar TikTok para atraer visitas rápidas, Instagram para ganar consideración y confianza, LinkedIn para mostrar autoridad en tu nicho, y YouTube para demostrar tu valor en profundidad.
El equilibrio perfecto
El desafío final es combinar pasión, creatividad, propósito, talento y marketing. Este equilibrio es la base de una marca personal exitosa. Si logras alinearlos, no tendrás que vender humo. El equilibrio te permitirá construir una marca sólida y auténtica